
Marta Gilma Pineda / 03 de abril del 2023
Satisfacer nuestras necesidades es un placer totalmente individual, una de ella es el cubrirnos de los cambios climáticos, del medio ambiente, sociales etc. y esto lo hacemos usando un estilo y tipo de vestimenta, que va acorde a la situación y al momento social.
Desde mi punto de vista, la vestimenta es la que más
nos influye debido a los cambios constantes, a las normas y reglas sociales de cómo ha de ser la vestimenta, que tipo y que estilo debe de llevarse según el género. Antes del año 1850, las mujeres debían ir vestidas de tal manera que su movilidad y utilidad eran limitadas (vestimenta nada funcional para realizar actividades que requieran concentración, agilidad, destreza, habilidad y desenvolvimiento en el ambiente laboral), su función en esa época era mostrar su belleza y ostentar el poder económico de su marido o familia.
Las mujeres inquietas, activas, ingeniosas, creativas de esas épocas se veían limitadas con estos atuendos, en el año 1851 gracias a Amelia Bloomer, quien convirtió el pantalón bombacho en una prenda que podía darle más movilidad (realizar actividades con mayor agilidad y eficacia) a este tipo de mujeres, que luchaban por la libertad de expresión y reconocimiento de ser mujer, les costó la vida a miles de ellas en el año 1450 (fenómeno manía de brujas), mujeres que según la historia han sido expertas y buenas cultivadoras, empezaron a ser menos preciadas por el extraño fenómeno de ser madre, la ignorancia de aquella época (la menstruación era una maldición o cosa del diablo, según investigaciones de Paredes Marcos, V. (2011)), comenzó a colocar a la mujer en una posición social de debilidad y de cuidadoras (por ser madre), y a los hombres por su labor de caza y desarrollar actividades de fuerza, los ponía en una posición de fuertes y proactivos.
Con las prendas de vestir estamos trasmitiendo como nos sentimos y como nos encontramos en ese momento e incluso nuestro estado emocional y nuestro enfoque con el pensamiento (Nuestra de manera de vestir según el momento o situación en la que nos encontramos), reflejando inclinaciones en nuestra manera de pensar y preferencias por un estilo de vida. También hay que tener en cuenta que nos vestimos de acuerdo a las reglas sociales; hay determinados sectores sociales que debemos guardar la apariencias (normas estipuladas en diferentes sectores sociales), por ejemplo en el trabajo dependiendo la política de la empresa, se ha de llevar uniforme (que refleja la idiosincrasia de la empresa) este tipo de indumentarias se utilizan en momentos puntuales (fiestas, bodas, viajes, el trabajo etc), pero son momentos repetitivos en algunas veces, como es el de ir a trabajar cada día (lugar donde se demuestra la utilidad y agilidad en la actividad), como bien mostro Coco Chanel quien rompía los fines de semana con los vestido exuberantes e infuncionales por prendas de vestir ligeras y cómodas donde se pueda pasear en la playa y a la vez conservar la pulcritud en la ligereza de los pijamas, una prenda útil y fácil de llevar, podrías ser sinónimos de estar bien y sentirse bien (lógica del placer Lipovestsky 2006), puede ser ese granito de arena que aporta a la felicidad de una persona (Bouman 2007).
Pero entrar en el juego social del consumo, que otorga al individuo pertenencia de grupo y construcción de identidad, se puede convertir en el puente de un mundo sin fin, lleno de peticiones y deseos que nunca terminan de satisfacerse, desapareciendo el encanto de la realidad ideada y abnegándose al sufrimiento de la realidad vivida (McCracen (1988), situación que han experimentado muchas personas después del tormentoso encierro vivido tras la pandemia del coronavirus. Momento en que niños, adolescentes, progenitores etc. no sabían que hacer con lo que estaba pasando, ni como afrontar la situación que estaban viviendo y como explica la Dra Marisa Navarro, se pueden crear hábitos que acaban dando pereza para todo (desencadenar problemas de depresión y ansiedad), sintiéndote mal con uno mismo (bajar la autoestima), total desinterés en buscar y sentirse bien, deseable y única/o en si mismo, al pasar de esto la imagen que proyectaríamos es de total desidia, que no tiene nada que ver con la búsqueda de la comodidad o la expresión de la identidad desde la perspectiva de la coherencia de sentirse bien y estar bien.
Ser referentes es una tarea de gran responsabilidad, hay que vigilar la información que trasmitimos sea coherente con lo que hacemos, un ejemplo clásico es la educación de los progenitores hacia los hijos y la educación que reciben en las escuelas. Para que funcione este tipo de educación, debe de ir en concordancia con el dialogo y las acciones de los progenitores, como ejemplo de estas acciones contradictorias tenemos los colegios que han exigido a sus padres que vayan adecuadamente vestidos al llevar sus hijos al colegio (van con ropa de cama o pijamas), el sentirse bien y el estar bien es una tarea muy individual, pero sin ser egoístas y comprometer la identidad y la búsqueda del bienestar de sus hijas/os.
Las personas que crezcan bajo este sistema de educación encontraran una gran dificultad en reconocer un mayor rango de sensaciones, porque el estilo de vida y los medios de comunicación son completamente contradictorias (Boudieu 1970), la búsqueda de la autorrealización, la búsqueda de la pertenencia a un grupo social, tendrán como base hábitos de desidia (George Simmel 1825) citado en Solvillas P.C. 2002).
Según Simmel (1895) citado en Sovillas P.C. 82002), El consumo como estrategia de igualación social e indistinción, viéndose reflejada la unión y la solidaridad con los grupos de pertenencia, el pijama es un ejemplo de esta ideología.
El pijama es una vestimenta cómoda (necesidad de expresión, ligereza, comodidad, sentirse suelta/o), es una indumentaria imitada de las prendas de vestir de los hombres o de los pantalones bombachos, oportunidad de las mujeres para aligerar sus vestidos de una forma elegante, casual e informal y coherente con el contexto de acción (buena imagen y apertura social) poseedor de un poder económico capitalista, ambicioso y con sed de cambio, aceptando la tendencia a la individualidad e igualdad social, proporcionándoles y construyendo grandes superficies de entrenamiento (ocio, belleza, comida, temático), con gran proliferación de artefactos y objetos materiales fáciles de sustituir (Mcracen (1988), citado en Solvilla P.C. (2002)
Referencia:
- Los expertos recomiendan no pasar el día en pijama. A menos que sea con uno de estos: https://smoda.elpais.com/moda/pijama-cuarentena-teletrabajo-firmas-moda/
- Netflix-Baguette-Netflix: ¿bajar en pijama a la calle es tendencia?: https://smoda.elpais.com/moda/bajar-en-pijama-a-la-calle-debate-tendencia/
- La invención del pijama: un símbolo de transgresión diseñado por mujeres: https://smoda.elpais.com/moda/un-simbolo-de-transgresion-disenado-por-mujeres-la-historia-feminista-del-pijama/
- Una escuela pidió a los padres que dejen de usar pijamas y batas de baño al dejar a sus hijos en el colegio: https://www.infobae.com/america/mundo/2021/10/04/una-escuela-pidio-a-los-padres-que-dejen-de-usar-pijamas-y-batas-de-bano-al-dejar-a-sus-hijos-en-el-colegio/
- El pijama de 1.800 euros de Messi que se ha agotado en unas horas: https://www.epe.es/es/ocio/20230105/pijama-lujo-messi-agotado-horas-dv-80761457
- La relación entre teletrabajar en pijama y los trastornos mentales: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-01-12/teletrabajo-depresion-ansiedad-arreglarse-psicologia_2902964/
- Coronavirus en la Argentina. Los adolescentes y el síndrome del pijama: ¿comodidad o expresión de angustia?: https://www.lanacion.com.ar/politica/coronavirus-argentina-los-adolescentes-sindrome-del-pijama-nid2395005/
- Soldevilla, C. (2001). Triálogo: Aproximaciones teóricas a la sociología del consumo. Cuadernos de Realidades Sociales, 57-58, 13-73.
- Paredes Marcos, V. (2011). La brujería en el tiempo y en los discursos plásticos del siglo XX: denuncia, recurrencia y resilencia de los estereotipos de género en el cine
- Joel Feliu i Samuel-Lajeunesse, Adriana Gil Juárez, Eduard Juanola febrero 2013 © Todos los derechos reservados © de esta edición, FUOC, 2013 Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona Diseño: Manel Andreu Realización editorial: Eureca Media, SL Depósito legal: B-31.606-2012


