Las trampas mentales pueden tener un efecto perjudicial en varios aspectos de nuestras vidas, incluyendo nuestra autoestima, confianza en nosotros mismos, toma de decisiones y relaciones con los demás.
Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a trampas mentales como el pensamiento catastrófico o la autocrítica excesiva, nuestra autoestima puede sufrir, haciéndonos sentir incapaces o indignos.
Estas trampas también pueden minar nuestra confianza en nosotros mismos, llevándonos a dudar de nuestras habilidades y limitando nuestro potencial. Además, al tomar decisiones, las trampas mentales pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad, llevándonos a tomar elecciones poco saludables o poco racionales.
En cuanto a nuestras relaciones con los demás, las trampas mentales pueden generar conflictos, malentendidos y distanciamiento, ya que afectan nuestra capacidad para comunicarnos de manera efectiva y comprender las perspectivas de los demás.

Tip: Presta atención a los pensamientos que te generan malestar. Pregúntate si son pensamientos recurrentes y en qué situaciones se presentan
Anota tus pensamientos y emociones en un diario para tener un registro.


